Cuadros historiados en medio relieve
del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial de San Miguel de Vertavillo. Adoración
de los Pastores y Adoración de los Reyes.
Las
fechas navideñas y la celebración de la Epifanía del señor son buenos pretextos
para hablar de dos excelente muestras de escultura barroca que forman parte del
Retablo Mayor de la Iglesia Parroquial de Vertavillo.
La
fábrica de dicho retablo fue encargada a Lucas Ortiz de Bohar, ensamblador
afincado en Villamuriel, quien la ejecutó entre 1700 y 1701 por un coste de
11.700 reales de vellón. Se trata de una obra de claro estilo barroco, con un
banco, un cuerpo principal con cinco ochavos separados por columnas salomónicas
revestidas de hojas de parra, racimos de uva y yedra, y un remate superior
adaptado a la bóveda del ábside.
En
las cinco hornacinas del cuerpo central se colocan las esculturas de San Miguel
Arcángel, que ocupa el lugar central y que es obra de Tomás de Sierra, y las de
San José, San Lorenzo (izquierda) y San Sebastián y San Isidro (derecha),
salidas estas cuatro de la mano de Manuel Ordónez de Ribera.
Las
obras que hoy nos ocupan se encuentran en el banco o predela y son la Adoración de los
Pastores (izquierda) y Adoración de los Reyes (derecha). Se trata de dos
cuadros historiados obra también de Tomas de Sierra, quien recibió por su
trabajo, incluida la talla de San Miguel, un total de 1.100 reales. Su
ejecución debió tener lugar en la primera década del siglo XVIII, tras el
montaje del retablo.
Tomás
de Sierra (al que Gregorio Sánchez Doncel en su Historia de Vertavillo de 1950
cambia el apellido por “Tomás de Herrera”, quizás por un error a la hora de
trascribirlo) nació en la localidad berciana de Santalla (Léon), aunque su
formación escultórica se desarrolló en Valladolid. Llega a Medina de Rioseco en
los años 80 del siglo XVII, donde se casa y establece su taller, trabajando en
varios pueblos de la provincia de Valladolid y de Palencia, como Villaumbrales, Fuentes de Nava y Villamuriel de
Cerrato. Se caracteriza por cierta tendencia hacia lo rococó, su interés por lo
anecdótico y la carga sentimental de los rostros y actitudes. Tiene claras
influencias de Gregorio Fernández y recuerda a Juan de Juni.
Los
dos relieves de Vertavillo se ajustan a la perfección a las características citadas.
En la Adoración de los Reyes podemos ver la expresión entregada de la Virgen y
San José, así como la devoción en la cara de los tres reyes. Destaca la
presencia de detalles como la corona de Melchor depositada ante el niño, las
diferentes urnas de las ofrendas, la riqueza de las vestimentas y la puerta
central que separa los grupos de figuras y representa el portal de Belén, por
la que asoma un cortinaje que le da cierto movimiento y sobre la que no falta
la estrella guía. Curiosos también los dos soldados en seguindo plano, séquito de los reyes.
La
Adoración de los Pastores es sobre todo una escena del Nacimiento, con el niño
en su cuna, la Virgen a la derecha y San José arrodillado a su izquierda; ambos
con los mismos rostros y las mismas vestimentas que en el cuadro anterior, afanados
ahora en atender al recién nacido. La misma puerta se sitúa en el centro de la imagen,
pero en este caso asoman por ella el buey y la mula. Detrás de San José se disponen
dos pastorcillos imberbes en un discreto segundo plano, uno con alforja y otro
con cayado, ambos con vestiduras más humildes. Detrás de la virgen, en un
recuadro intencionadamente separado de la historia principal, hay una escena con
un ángel que porta una cartela y que parece recrear la Anunciación a los
pastores.
F.
Javier Abarquero Moras
Bibliografía:
Sánchez Doncel, 1950, Historia de Vertavillo. ITTM, 4.
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